sábado, 17 de septiembre de 2016

Extraños seres


Mis padres y yo decidimos vacacionar en un pueblo que habíamos visto en internet, así que nos alistamos y viajamos un lunes 12. Muchos consideran el “martes 13” como un día maldito, pero nosotros somos agnósticos y no creíamos en “payasadas”; bueno hasta ese entonces…
Al siguiente día llegamos al pueblo e inmediatamente vimos que los lugareños vestían con faldones, también nos percatamos que no existía ningún hotel, solo cabañas que los hombres de aquel pueblo ofrecían gratuitamente… esto nos extrañó bastante ¿Hoy en día quien te ofrece un sitio para descansar gratis sobretodo en un lugar turístico?... No obstante, ignoramos eso y decidimos aceptar, lo tomamos como amabilidad… grave error.
En aquel paseo conocí a una jovencita; no les negaré que al principio me dio un poco de miedo, andaba aislada de los demás leyendo un libro titulado “Satnus” (eso es lo que alcancé a leer). A pesar de que me cuesta mucho socializar por mi timidez, tomé la valentía suficiente como para acercarme a ella… Fui un poco torpe al hablarle, pero le saqué una sonrisa (fue un gran paso), inmediatamente le pregunté su nombre, me respondió con un melodioso “Susan”. Luego de eso empezamos a platicar toda la noche… llegó un momento en el que le pedí prestado su libro el cual, al revisarlo hoja por hoja, me percaté que era una guía para invocar demonios. Asustado le pregunté la razón del porque leía ese libro… la respuesta que dio, me dejó helado e hizo que corriera a buscar a mis padres: “estoy repasando el ritual de sacrificio que haremos hoy con tus padres”
Corrí apresurado a buscar a mis padres, no los encontré en la cabaña que nos ofrecieron… ahora entendía porque nos dieron un lugar gratuito. Seguí buscando hasta que llegué a un lugar de la isla en donde estaban reunidas los habitantes de aquel pueblo. Me posicioné en un lugar donde no pudieran verme y con una tremenda impotencia vi como mis padres estaban atados en el centro de un círculo, que los lugareños habían dibujado. De pronto llegó Susan, se abrió paso y fue hasta el centro del círculo… Luego de decir unas palabras que no llegué a entender, los asistentes de aquel ritual se bajaron el faldón… Todos tenían piernas de animal, precisamente de una cabra, al ver eso tomé una decisión cobarde: corrí, y mientras lo hacía escuché los gritos desgarradores de mis padres... lloraba, pero sabía que si regresaba iba a ser en vano.
Después de correr varios metros, llegué hasta una carretera transitada y pedí ayuda. Un carro paró y el chofer me ofreció su ayuda… Le conté todo lo que pasó, pero al parecer no me creyó, ya que me ignoró todo el camino, no dio ninguna respuesta. Finalmente, el chófer me dejó en casa, entré asustado y me puse a llorar como nunca… De tanto llorar, no me di cuenta que el auto seguía afuera, el chofer miraba fijamente mi casa… Vi que varias personas salieron del carro, eran las mismas personas del pueblo en donde estuve, con sus peculiares faldones. Por el miedo, no me di cuenta que en el asiento trasero habían, más personas, es más no me percaté que el chófer llevaba la misma falda que aquellos monstruos con patas de cabra… Todos se fijaron que estaba en la ventana observándolos… Corrí a mi cuarto y estoy escondido en el armario, escucho como sus patas de cabras recorren toda mi casa, probablemente me encuentren, de hecho, si estás leyendo esto es porque me encontraron… Tengo miedo de lo que harán conmigo.

2 comentarios: