viernes, 9 de septiembre de 2016

Prende la luz


Estas en la fiesta disfrutando el ambiente y bebiendo con tus amigos unos tragos mientras charlan sobre las chicas que les gustan. No sabes cómo pero después de unas 3 horas terminan hablando sobre historias de terror. La fiesta acaba y vas a casa de algún amigo a ver una película de terror.
Regresas a tu casa tarde, tus papás están dormidos en la habitación al final del pasillo y lo único que quieres es irte a dormir, llegas a tu cuarto y apagas las luces mientras recuerdas la buena fiesta en la que estuviste, y de repente, las imágenes de los monstruos ficticios que tenías con tus amigos empiezan a formar parte en tu mente. Caes dormido rápidamente, pero a los 15 minutos unos pasos fuera de tu cuarto te despiertan y los recuerdos te vuelven a traicionar, y aún después de eso vuelves a la cama sin darle mucha importancia. Pero a los 30 minutos escuchas más sonidos y esta vez están dentro de tu habitación y despiertas exaltado... prendes la luz porque recuerdas que de niño eso ayudaba a calmar tu miedo, pero no hay nada…
Justo cuando cierras tus ojos y te tumbas a tu almohada, una fría y descompuesta mano sube lentamente a tu espalda provocándote escalofríos en cada hueso y nervio que toca, no te mueves porque estas en shock. Escuchas una voz ronca, tan solo oírla tus oídos arden y pronuncia: ”Gracias por prender la luz, era muy difícil encontrarte en la oscuridad

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